sábado, 12 de octubre de 2013

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pegando carteles por la ciudad despareciendo...
mi recuerdo desaprareciendo...
una imagen desapareciendo...
humanidad desapareciendo...
sólo deseo encontrarte... Oscar.
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Pd.

La MOVILIZACIÓN del 16 y 17 de octubre ke partirá desde Univalle-Meléndez, visibilizará una vez más la DESAPARCIÓN de nuestro profesor OSCAR SIERRA FITZGERALD. Asistamos todos, acompañemos a su familia en tan difícil  circunstancia y entre todos y todas forjemos un carácter real de comunidad universitaria, de seres humanos.

El problema de la mayoría en democracia. Una consideración principal hacia la movilización estudiantil

Profesor Oscar Sierra te seguimos buscando. Click: http://comunicaciones.univalle.edu.co/profesor_desaparecido.jpg


Un sentido espurio de la democracia declara la preponderancia de la mayoría sobre la minoría. Un sentido espurio y frecuentemente arbitrario, desconocedor, negador, menospreciante--si vale el término--de la minoría. No son pocas las veces ke el grito de la masa ha subido en hombros las injusticias, al injusto, al ke masacra; baste con recordar el oprobio mundial del nazismo de Hitler y nuestra vergüenza nacional con el uribismo y el propio santismo.

1ª  Hipótesis: la democracia como voz de la mayoría no garantiza la justeza ni justicia de un argumento, una postura o una acción de esa mayoría.

Pero no es suficiente este argumento, también podría sostener lo contrario, ilustrando con el ejemplo, a saber: las contundentes movilizaciones del 2011 del estudiantado con una, hasta cierto momento, acertada guía de la MANE, ke exhibió cierta coherencia entre mayorías y justeza y justicia de la lucha…

2ª Hipótesis: la minoría sacrificada en la democracia no posee de suyo el argumento justo.

¿Cómo, entonces, 1 y 2 pueden ser ciertas?
Si la mayoría resulta adjudicataria de razones de justicia, ello debe ser explorado mediante el ejercicio crítico de sus causas y argumentos, y no como es la usanza, al tenor de la repetición en ecolalia de cánticos y consignas vociferadas por cientos o miles de pulmones sin remisión al ejercicio del pensamiento y del sentimiento sobre akellas propuestas o reivindicaciones surgidas, ya de grupúsculos o lideruchos con ínfulas de curulistas u otro; o ya surgidas desde la construcción sesuda y sentida estudiantil, en nuestro caso, de estas u otras mentes, agremiadas, independientes o insulares.

Si la minoría resulta con el argumento justo, esta no puede ser sacrificada, el ejercicio democrático debe brindar todas las garantías para la expresión y el debate público de las oposiciones, controversias y divergencias, sin entrar en adjetivaciones o señalamientos anikilantes de esa minoría por el hecho de oponerse públicamente a
la mayoría boyante. Es decir, entonces, ke si resulta injusta la postura minoritaria, no debe atenderse, es más, debe ser desvirtuada como tal, como injusta, develando lo gelatinoso de sus bases argumentativas, la irresponsabilidad de sus acciones, propuestas o realizadas, el sentido de perpetuación modélico de la educación—prefiero decir formación o conocimiento—en ellas contenidas, etc. 

Otra cosa, ke desatienda el rigor de la exposición argumentativa en torno a estrategias activistas y sentido político observante del interés general, no debe ser admitida como bandera de una movilización o del propio movimiento estudiantil. No se trata, pues, de amasar informemente personas hacia una causa acríticamente impuesta (por color, por carisma en el púlpito de kien menta, coerción, incentivos particulares, etc.), ello muy probablemente termine por constituirse en una barra brava u otra rareza de similar especie, dispuesta a anikilar al del otro bando (la política reducida al sentido schmittiano) sin sikiera una razón ke resista el más escaso análisis.

Pero el grado de justicia o injusticia en un argumento, acción, reivindicación o plataforma política, etc., también es resultado de un proceso dialógico entre posibles extremos antagónicos, sin remisión a la cantidad de sujetos ke admiten o defienden una de esas posturas (es propio de barras bravas disputarse cuál tiene el mayor número adeptos), sino, remitidos a los argumentos analizados críticamente y expuestos pública y honestamente, desligados de afinidades y afiliación política de los sujetos ke los exponen o del sector o grupo ke representen, etc. Una construcción política no se sustenta en la capacidad de aglutinar amigos  (o barristas) en torno a una causa, sino en la de sustentar argumentos ke apunten al interés general, aún a costas  de los interese de copartidarios, correligionarios, compañeros y amigos. Dado el caso, hasta la amistad se pospone o sacrifica en pos de la causa política. Encuentro en esto un sentido del político como vocación, para el ke ha de ser preferible ser odiado por algo (por la defensa de la causa política ke entrañe el interés general) ke amado por falsedades compinchitas; es decir, una honesta vocación política —extensible al carácter para la vida— debe preferir el odio por algo antes ke el “amor” hipócrita o por nada (dedico especialmente esta lìnea a mi ex-amada). Advierto, esta postura no es definitiva (delante de mi ex, sì, sin importarme mi tusa), sino ke debe valorarse con detenimiento en las particularidades de la contingencia del ejercicio político, máxime si consideramos la polivalencia del sentido del término interés general.

Ahora bien, tanto la minoría como la mayoría pueden estar ekivocadas o traicionar el interés general, sólo en el ejercicio democrático incluyente se puede llegar a develar las fallas argumentativas, la falta estratégica en las acciones e, incluso, a propiciar el cambio de postura u opinión y hasta de conducta de  akellas partes ke se sentían, otrora, sobradas de razón y justas en su proceder.

La democracia, pues, comprendida como sometimiento a voluntad de nuestros pensamientos, sentimientos y actos, al escrutinio público en pro de una construcción fuerte y unificada de una causa justa por un objetivo realmente común a todos y no a una mayoría, tampoco a una minoría. Esto no implica la cristalización —imposible de facto— de un acuerdo de la totalidad con cero oposiciones. No. Pero sí entraña el propender por el respaldo de la totalidad a esos acuerdos, cifràndonos en el mismo hecho de su construcción honestamente democrática.

Movilizaciòn-calle

Es bajo esta premisa principal, la movilización como resultado del ejercicio democrático estudiantil, ke antepongo toda movilización en torno al re-engrase del Movimiento Estudiantil ke ha de volver a moverse en las calles, pues  las calles son el poder del estudiantado, donde se juega su formación presente y anhelo de futuro distinto, donde se mide su fuerza y capacidad transformadora de esas condiciones de injusticia contenidas en el carácter competitivo-mercantilista del actual modelo de educación.

El fervor estudiantil no se aplaza en escenarios burócratas, politikeros o de jerarquías; cuando un estudiante acude al diálogo en oficinas gubernamentales u otras, no tiene porkè bajar el tono ni cerrar la boca, ni la puerta a la calle, debe permitir ke esta invada los antros de las decisiones políticas de gobierno, debe mantener su expresión estudiantil, con todo el ímpetu ke le ha caracterizado en la calle, sin venia ante ningún jerarca. Prudencia, mesura, cordialidad, respeto, norma, instituciòn y otras recomendaciones, en boca del burócrata, no son más ke el esfuerzo por someter a sus propias condiciones de sometimiento a akello ke el estudiante orgulloso expone en su andar calle; subyugación autoritaria, pues, de lo ke a la autoridad institucional le resulta altanero (al estudiantil altivo), insolente (al estudiantil cuestionante), atrevido (al estudiantil valiente), raro (al estudiantil hermoso). Tal afán esconde el miedo del gobernante, su cobardía, fragilidad e impotencia ke lo lleva al uso de su tan venerada fuerza legítima del Estado. Todo ello no es màs ke el intento de doblegar el espíritu estudiantil-calle cuando amenaza sus benedictas oficinas.

Compañeras, compañeros, de nuevo, las calles serán nuestras, el fervor estudiantil contagiará de alegría y color las monótonas y grises ciudades, tal es nuestra lucha en las calles, desde ellas nos haremos oír, así los rancios gobernantes no nos kieran escuchar…

…Porke somos estudiantes, estamos en la Calle, en ella nos movemos y, al movernos por el conocimiento para formarnos libres, todo se mueve, algunos hasta tiemblan. p.


Pd.


1.     Todo el respaldo y afecto a lxs compas ke se han tomado las instalaciones del ICETEX; ante todo, tiene prelación sus integridades sobre cualquier diferencia ke otrxs compañerxs podamos tener con la Mane.
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