martes, 17 de febrero de 2015

De sábana, Sabana y un jabón (marca J-43A)*

Una inverosímil relación posible en tres actos: de La Sabana, de un profesor de Filosofía de la Univalle y de cómo follaban algunos abuelos con las abuelas.

De la sábana. Primer acto: 


Me contó hace poco una amiga ke su abuela aún guardaba la "sábana del acto". Ke era blanca. Y ke su abuelo la utilizaba con su abuela para empezar a hacer a sus tíos, tías y a su mamá. La sábana—blanca hasta el n-ésimo tío o tía—, para empezar a usarla,video noticia profe jodido se le abría un orificio, de tal forma dispuesto, ke al abuelo cubrir con ella a la abuela, de pies a cabeza, el hoyuelo daba a la altura de la entrepierna de abuela. El resto, huelga contarlo..., acto seguido.

De la sábana a La Sabana. Segundo acto: 


Varias veces he tratado de imaginarme al Procurador teniendo sexo, en tiempos de cuando se le paraba—excusas si Ud. se lo imagina, mi ánimo es por escribir, no se Ud. —. Al venirse, por ejemplo, diría: "oh Dios" o "ave María..."; o nada así, por considerarlo blasfemia. Sabiendo lo de la "sábana del acto", ahora me es mucho más sencillo imaginarlo. Y si se extiende bien la sábana, veremos ke esta le alcanza para tapar todo akello ke, siendo parte del mundo, tanto como él y opusdeistas, ¡ELLOS!, con sus sábanas y Sabana, sus deseos y sus carnes; les resulta censurable; algo ké lavar, como a un pecado, a una sábana amarillenta de tanto pegarle al asunto, ke luego volverán a usar.

Del jabón y las anteriores. Tercer acto:


 Aunke de distintas sustancias, el jabón ke la abuela más usaba era el de tierra (sin contar el jabón Príncipe, o su precursor, para la vajilla), a la larga, si no despercudía (y no lo hacía) confundía su rastro amarilloso, luego de enjuagar, con el del abuelo en la sábana. El ocultamiento también puede ser todo un arte.
Hoy han pasado y/o hay tantos jabones como preferencias. Por su aroma, por saca-grasa, porke es de judíos, porke despercude, porke lava los pecados del hombre..., o porke a un profe de la Facultad de Humanidades de la Universidad del Valle-Cali, le dio por traerse—o pedir—uno de su tierra, de México, específicamente de Ayotzinapa. Habrá ke ver ké tanto despercude la grasa obtenida a partir de masacre de estudiantes. Lo ke es de mirar, también, es si se necesite tanta sustancia como de judío, para lograr el efecto adolfo. O pueda ser ke nuestro profe se conforme con apenas un nivel álvaro. O, pretensiosamente, decida destilar él la mera esencia de la humanidad plus-postmoderna, a modo de un Jean Batiste Grenouille, consiguiendo éste el [perfecto] Perfume. Si es esto último, ya sabremos adónde mirar a la primera (de por estos días) masacre estudiantil en Filosofía-Univalle. Y esperar a ver a ké olemos.

Colofón:

Es de entender, pues, ke gente de cierta mentalidad se anime a establecerse en nuestro país; casi ningún otro ofrece tantas garantías al masacrador. Para ke el profe éste, denunciado por un colega suyo por presunta apología al genocidio, a raíz de  comentarios emitidos en redes sociales, harto desafortunado e indolente respecto a la masacre de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, logre salir en limpio de esta y continuar akí radicado, en Univalle-Colombia, supongo ke, o insiste en importar los 43 jabones, según su presumible anhelo asceta; o pone un argumento (libertad de expresión es un perfecto comodín para jabonistas), aún más detergente, en algún juzgado, o de pronto en un salón de clases; reservándose para su intimidad, en lo sucesivo, las ansias del novedoso J-43A: el mero desmanchador, el J-43A, el jabón para mantener blancas, como a las sábanas, la mentalidad de Sabana y la del profesor susodicho. p.

Pd.:
1. ¿Somos tan comprensivos ke ante tal pronunciamiento de un profesor, los estudiantes de Univalle nos ofertaremos como futurible grasa?
 2. Al profesor: ke en la de La Sabana están reclutando hombres probos, límpidos, impolutos; es decir, "científicos" de excelente "salud". Rekisito: sábana del acto, entre otros.



* Como no kiero ofender el nivel informativo de nadie, dejo a consideración del interés satisfecho o no, la indagación sobre las notas-hechos por los ke produzco este texto: 1. Anécdota sobre la forma de las relaciones sexuales de algunos abues, 2. Noticia acerca del "informe científico" producido por la Universidad de La Sabana respecto de la adopción de infantes por parte de personas homosexuales, 3. Pronunciamiento reciente en redes de un profesor de filosofía de Univalle Cali: “Véanlo por el lado positivo. Con la ceniza se puede hacer muchas cosas. Jaboncitos, por ejemplo.”

Clicks:

 1.  Seguimiento a la noticia sobre el decir del profesor DANIEL GONZÁLEZ GARCÍA adscrito al Departamento de Filosofía-Univalle 

2.  video noticia profe jodido



La defensa del implicado:


Santiago de Cali a 17 de febrero de 2014 A los estudiantes y colegas de la Facultad de Humanidades Universidad del Valle Queridos estudiantes, apreciados colegas: Ante los recientes hechos y rumores que involucran a mi persona –y una vez pasados los arrebatos iniciales que no suelen favorecer la escucha– quiero ofrecer a todos ustedes una aclaración sincera de mis dichos a fin de que puedan estar seguros de la honorabilidad que pretende arrebatárseme con toda esta campaña. Si bien es cierto que yo soy autor de algunos de los comentarios irritantes que circulan bajo mi nombre, estos nunca se produjeron en mi carácter de profesor, ni tuvieron más intención que la de ser malos chistes o posicionamientos sarcásticos y personalísimos ante unos eventos que me tocan especialmente: nadie puede ignorar que siendo yo mismo un estudiante de doctorado en una universidad pública mexicana, soy altamente vulnerable ante tales realidades y riesgos. Es justamente por ello que mis palabras no pueden tener la intención maligna que algunos les suponen. Originalmente estaban orientadas a satirizar y denunciar, en un ámbito no-profesional, las torpezas que como sociedad estábamos cometiendo en México para la búsqueda de respuestas ante este síntoma tan triste de un problema mayor. Es decir, eran para burlarse, sin duda, pero no de los normalistas, sino más bien de los políticos y oportunistas para quienes esos 43 desaparecidos pasaron a ser “muertos útiles” y modos de propaganda desechable para sus propias luchas. En ningún sentido quise pronunciar un regocijo o un placer perverso por la muerte de estudiantes mexicanos, como se quiere hacer creer en ciertas cartas y comunicados. Esto sería tanto como odiarme a mí mismo. Mucho menos quise implicar un apoyo o gusto por una eliminación sistemática de un grupo, por ejemplo el de personas en desventaja económica o de quienes políticamente piensan y opinan distinto de mí. Creer que yo sostengo esto es una clara sobreinterpretación de mi propia posición. Quienes me han conocido de primera mano como profesor o como amigo saben que yo no tengo intenciones criminales o violentas contra nadie, aunque mi humor –lo admito- no siempre es el más efectivo o gracioso. Tales personas saben también cuánto me preocupan y conmueven situaciones como la pobreza cultural, o la violencia real y simbólica de todos contra todos sin un motivo claro. Al igual que muchos de ustedes, yo también quiero encontrar soluciones pensadas para todo ello, y me molesta que en lugar de eso se caiga a menudo en la sobresimplificación, la consigna, el oportunismo político o el descrédito. Mi desprecio y comentarios iban precisamente contra esas actitudes fáciles, que piensan solucionar problemas graves únicamente haciendo marchas, compartiendo estados Facebook o firmando desplegados en los medios. Como filósofo y creyente, la dignidad y la vida de las personas me son sagradas, por lo que las entiendo, defiendo y sirvo con todas mis fuerzas y talentos, e incluso dentro de unos límites un poco más amplios que los usuales. Lamento mucho que la inmotivada descontextualización y exageración de mis dichos en un sentido contrario hayan generado desaveniencias tan profundas en el seno de esta comunidad. Creo, sin embargo, que podemos superarlas haciendo uso de nuestras capacidades lectoras, de nuestra vocación crítica y de nuestros intereses en común. Generemos desde ellos un diálogo más moderado y verdaderamente capaz de construir soluciones importantes a los problemas humanos, sin dejarnos enceguecer por las diferencias de postura política, por las opiniones poco cuidadas, o las gustos y manías personales. Con una disculpa sincera y mis votos por un reestablecimiento de la armonía académica, Daniel González G.

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