lunes, 26 de mayo de 2014

Santos=Zuluaga: los mejores para Colombia

     
     ¡Estamos ante una inmejorable situación electoral. Por el lado ke sea ke se decante la opinión en las urnas de Segunda Vuelta, a Colombia no le podrá ir mejor... ni peor!

     
     Ambas opciones implican el cese de la guerra. Por una vía u otra, ké más da, lo importante es el fin(como más o menos dijo el jesuita H. de Busenbaum): una Colombia en paz. Ambas opciones ponderan la inversión social a partir de la inversión empresarial (bajos y menos impuestos a empresarios para eso de la "confianza inversionista"). Ambos consideran las necesarias reformas (reformar no de suyo implica mejorar) de Salud, Educación, Justicia y Política como coafirmantes y contexto para una paz (duradera, positiva) en un posible posconflicto. Ambas consideran ke todo esto es financiable desde capitales privados con remisión a la deuda pública. Ambas consideran ke el desarrollo de la economía interna depende de la capacidad estatal para brindar la posibilidad de mayor acumulación de rikeza en menor cantidad de manos. Ambas apuestan a la securitización como intermedio de las relaciones interpersonales, proveyendo de garantías jurídicas extras a los servidores públicos de la Defensa, por mor de la aplicación del servicio, cuando incurran en extralimitaciones de fuerza y posibles violaciones a los derechos humanos... Ambas son lo  mismo, pues: inmejorables.

      Y por si fuera poco, ambos son hijitos de Uribe, the master of puppets.

     Si Usted se abstiene de elegir entre una de estas dos opciones, es apenas comprensible, da igual votar por uno ke por el otro, son lo mismo.
 
   
      Así, lo mejor ke Ud. puede hacer por uno o por el otro, es abstenerse;  y sus principios y
convicciones ideológicas, políticas y sociales kedarán intactos. Y, recomiendo ke, preventivamente, justifike su abstención, no por un mejor servicio a las insuperables opciones, sino con frases ya de usanza como: "eso da lo mismo", "son la misma m...", "ambos son unos corruptos", "todo el sistema democrático es una parodia", "el sitema es elitista"... Lo mejor es ke tal vez a toda esta usanza (de puro sentido común) le asista y sobre razòn y razones. Y ke de una u otra manera la alta abstención de ahora y de antes sean reflejo de puro sentido común. Sin embargo, valore si este pueril  y obvio argumento se congracia con la circunstancia presente: ¿son imejorables el par de opciones? (Por favor no se remita a la opción del voto en blanco, en términos pragmáticos, aplica los mismos argumentos ke al abstencionismo).

    En síntesis, absténgase o vote en blanco, pues votar por uno o el otro da igual, y el efecto de su abstención o votar en blanco será tanto o más de producente ke el efecto de kien vota por uno u otro. Pero sobre todo, no votar o votar blanco, resultará tan productivo para la ultra-derecha como si votara por Uribe-Zuluaga. O, al contrario, vaya y vote porke no se re-edite el uribismo.

     Dicho más tremenda y claramente, todo no-voto por Santos es ekivalente a un voto por el uribismo. Todo, todo todo. Y eso es todo. p.



Y un obsekio de fuerza (click)


Posdata (Pd.) larga:

     Y se ke habrán kienes prefieran la paz de una pretendida coherencia argumentativa-discursiva (o hasta fáctica, histórico-personal o colectiva, etc.). Relaciono dos ejemplos, hoy prototípicos de ello.

      Por un lado, tal como el respetable senador Robledo, kien, por dicha pretensión de congruencia, incurre en un lamentable y protuberante desatino referido al contenido práctico, realista y circunstancial de su propio argumento, en el sentido de ke no pondera –incluso, si es menester, y lo es, a cuota de sacrificio personal (ególatra), ideológico, sentimental,...— la demanda a la ke la triste circunstancia electoral nos avoca: o uribismo o santismo. Decir ke son la misma cosa indeseable, es la fòrmula facilista, para estar trankilo, en su paz, "YO" con mis convicciones y/o con mi partido-secta (porke raya en una terkedad característica del tipo dogmático), relegando la demanda de país ke se nos presenta por vía electoral. Senador Robledo (es un llamado por interpuesto nombre a kienes defienden similar postura), no recaiga en lo ke ha señalado insistentemente –por mor de su coherencia—, no relegue un clamor de las víctimas del uribismo. La pregunta es recurrente: ¿Ud ké prefiere, uribismo o santismo? El escape tangencial es decir ke son lo mismo, es la fácil (aunque de suyo no es rechazable por fácil), para luego abstraerse de comprometerse. Incluso a sabiendas ke se comprometen sus principios políticos-sociales, tal sacrificio es necesario y hasta loable, muy valioso. Son dos no-opciones, uribismo o santismo, pero hay ke tomar una de las dos, por nuestro país y contra el uribismo. Ya, en lo sucesivo, nos tocarà encargarnos de seguir lidiando con el hijo  pro-pródigo (preferible ke lidiar con el hijo feo-bobo, el sólo bobo es Pachito, como sabemos) del señor del Ubérrimo.
 

     Y por otro lado, pero en el mismo sentido, leo las posturas de mis parceros. Algunos de los ke parchan los viernes, inefablemente, en la plazoleta de Banderas de Univalle, a discutir con argumentos semi-hilvanados ke poco a poco se difuminan en sus exhalaciones canabísticas y eructos alcoholideos (sobre todo de chicha para ser más "resistentes al sistema"). Noticia: ke el sistema está podrido y ke lo ke hay es una falsa democracia, de tan verdad, además de ser un lugar común, dejó de ser un argumento. ¿Kién, por fétido el ambiente, podrá dejar de respirar? No se trata de una resignación, más bien de un aterrizarnos sin dejar de aterrarnos por nuestra flagrante y fragante estupidez, más ke por la hipocresía y cinismo de los politikeros en las dirigencias del destino de nuestra nación. Apesta, esta tozuda estupidez, tanto como "el sistema", apesta. Aislarse en el islote del consumo alucinógeno (de yerbas producidas y tranzadas en el universo mercantilista-consumista) por el ke Uds. regularmente pagan, es cuestionable delante de demandas como las ke nuestro país nos presenta, así sea por mérito de elecciones amarradas por élites coloniales, etc. Per se, no es reprochable el consumo, lo cuestionable es la actitud consumista, que tanto como el desprevenido acto de consumir las marcas transcapitales, sin más,
 conlleva el
  alejarnos del deber de aportar a la transformación de nuestra nación, dejándonos con una triste pose de anarco perdido de siglo XX, con una pretendida postura salva-conciencia de estilo paracuasiprotopseudosemi-intelectualoide de resistencia y en "armonía elemental". No deploro el camino ke intentan seguir-trazar, cualkiera sea, rechazo y cuestiono el propedéutico enchonche excusado por mor de sus caminos, si de alguna forma, parece, los desliga, a tal punto, de una actitud y conducta políticas en el sentido de sus deberes ciudadanos, respeto y amor por los demás. Deber este al ke sueñan (en el sentido de tarados, no de soñadores) remplazar con sus posturas retorcidas de isla-Marley, en la ke a pedir de boca ora la canabis y lo rekerido, ora otro porro, ora una botella, un eslogan libertario andino y de tierra, un graffity o mural, una hamaca pal enchonche, algo pa la gorobeta, más tiempo para entregar mis pendientes, alguien ke siembre, pode o coseche y luego me traiga el jugo de lo cosechado, otro alguien, o el mismo alguien, ke limpie mi área de existencai ke keda al yo existir, ke lave el vaso del jugo ke me calmó la reseca y resaca, y un corte de cresta o  no-corte ( a lo Piero) y cuidadoso despeluke (cómo os envidio, a mí se me expanden ya las sienes)... Una isla así, mejor decir, la más deseable cucaña de un Homero J. Simpson cualkiera, en la ke todo esto y más, caiga como llovizna..., o mi mamá me lo dé sin apenas estirar mi mano.

     Desde akí, o mejor desde allí, desde esa isla, así, es más fácil abstenerse —más  ke la abstinencia, inclusive más mamey ke para Robledo—. Es más sencillo, en suma, echado desde la hamaca y en medio de una dulce nube vaporosa, con un  pesado índice, señalar a ese  "sistema podrido de falsa democracia."



Pd. a la pd. (larga): de no estimarles, apreciarles, valorarles y hasta amarles, no me atrevería a cuestionarles, criticarles. Espero, pues, haber herido susceptibilidades... Procuraré seguir haciéndolo, de cuando en vez. Agradezco toda posible retribución, merecida o no.


jueves, 8 de mayo de 2014

Certificación sanitaria[1]


Un cuestionamiento a la certificación de alta calidad dada a Univalle

     
      Nuestra Universidad del Valle ha obtenido recientemente la flamante CERTIFICACIÓN DE ALTA CALIDAD (vigente por 10 años). Deferencia gubernamental ke pretende reconocer el esfuerzo en la labor formacional y aportativa al desarrollo de la nación. Para obtenerla, la Universidad debió cumplir ciertos estándares en distintas líneas de calidad ke involucran desde los instrumentos y planta física, pasando por procesos y procedimientos desempeñados, hasta el valor humano (medido en las aptitudes y actitudes de docentes, educandos, obreros y administrativos de la Universidad); todo esto en cauce de cristalizar su misión.

     El procedimiento evaluativo ke define el mèrito certificado se constituye, palabras menos, por una etapa de autoevaluación (porfiados en el talante autocrìtico universitario) y contrastado por una evaluación de pares (dos o tres profesores externos, enviados por un órgano creado para certificar—o demeritar—, ellos, difícilmente, pasan una semana por la Universidad para esa misión y, en sus vidas, presumiblemente, han estado en ella).

     Más allá de lo ke a los pares les pueda parecer  — ¡un parecer formado y erudito!— y, entonces, de sus veredictos, surge la duda sobre la “calidad”, “alta”, de nuestra Univalle.

     Sin ánimo de herir susceptibilidades, apenas la del rector y administrativos en contubernio, no se hasta ké punto algunos profes, estudiantes u otros, también; sustento la siguiente duda: ¿Existe un mutualismo entre los dos órganos, más o menos a modo: “yo-gobierno, te certifico, tú-Univalle, me sirves de careta o santiguo ante los cuestionamientos sobre la calidad de la educación en Colombia”, por el cual se explica la certificación? Bueno, prefiero esta cuestión menor a una de talante filosófico-epistemológico: ¿A ké calidad, en serio, se refiere esa certificación? Ya se, el ejecutivo responderá, está definida por ley[2]. Reitero, dije: “en serio”. Es decir, calidad contrastable con la realidad. O, por lo menos, con estas otras cuantas realidades aparentemente no trascendentales para el veredicto ke certifica a “la mejor para los mejores”, realidades también presentes de forma, diríamos, preponderante:

Orinal del IEP-Univalle.  (Foto del 7 de mayo 2014)

1. Semestres anti-matemáticos ke desafían al tiempo. Todos aportamos, desde el profe ausente, hasta el asunto administrativo, y ni ké decir del mayúsculo abono del capucho con su pretensión tropelística, o el sorpresivo blokeo de  recintos o cierre total del campus para “despertar la conciencia social de la gente”, o por “seguridad”, según lo decidió el gobernador y/o el rector por tal o cual evento o circunstancia. Y  a esta suma, el contexto colombiano, fiesta a y por todo en días de semana, y el consabido catolicismo hegemónico (aunque la mayoría, católicos y no, prefieran no rezar, ni el acto procesional de SS u otro evento de nuestro rosario nacional). Semestres ke duran menos de cuatro meses, es decir, menos de 80 días de sesiones de clases. Akí el certificador, (¿) vio rendimiento (?): en menos tiempo la Institución desempeña la labor. Chulito.

2. Cortes periódicos domésticos (no en el sector, ni en la ciudad, en la sede Meléndez) de flu-ido eléctrico y de agua. No pasa un “tetra-mestre”, en los últimos cinco años, sin tres, cuatro, cinco o más fallas en estos servicios, obligando a cancelar actividades en la sede principal de Univalle. Akí el certificador, (¿) vio conciencia ecológica (?): expresada en el racionamiento de agua y electricidad. Chulito.

3. Trato inadecuado de la biomasa de la ciudadela Meléndez (Cali). El rector manda a construir jardines desechables, condenados a muerte por mala planeación o déficit o inexistencia de mantenimiento. Eso sí, florecidos mientras pasa una gala o certamen nacional o internacional. Del mismo modo ke manda a cortar o no se da cuenta del corte de especies insignes como el árbol de caucho de la frutería. Nunca lo olvidaré, ni lo perdonaré. O, de la misma forma ke manda o no se da cuenta del ahogo, con fanegadas de tierra de escombros, a los árboles ke circundan el lago, sepultándoles el cuello (área de anillo del tronco donde se da la transición de tallo a la raíz). Los patos del lago principal, por insistir con ejemplos de este trato, comen gracias a lo ke logren y a los bultos de maíz ke doña Nancy, una secretaria del IEP, sagrádamente les compra de su propio peculio. El rector, eso sí, conoce las iguanas y los patos, por las fotos de sus campañas exhibicionistas de la conciencia ecológica universitaria promovida desde su jefatura. Digo el rector (ke se apellida Ramos) por ser el más fácilmente referenciable y por ser rector. Pero la conducta anti-ecologista es masiva y frecuente. Akí el certificador, (¿) vio más conciencia ecológica (?): unos buenos afiches en la pared, motivando la conservación de la naturaleza. Chulito.

4. Más biomasa. La… planta docente y obrera. Pueden decir lo ke kieran, pero los profesores contratistas son más ke los de planta y son los de planta kienes toman las decisiones, kienes administran –la aristocracia platónica—. Y aunque un título de doctorado embellece una pared, tampoco es un rekisito muy tenido en cuenta a la hora de contratar. Respecto de los obreros, se aumenta la carga laboral, sin aumentar la planta y se mantiene la remuneración. La administración pondera la contratación por prestación de servicio ante la vinculación institucional (pauperización laboral), en coherencia con toda una política de “bienestar social” nacional destinada al favorecimiento empresarial antes que al obrero. Akí el certificador, (¿) vio personal calificado y bien remunerado (?): sólo vio los diplomas de los doctores y sus salarios. Chulito.

5. La necro-masa. Además de la biomasa condenada a morir, antes de su tiempo de ciclo vital, por el catalizador de ciertas decisiones administrativas, se suma la de las instalaciones o planta física del campus, también catalizada a deterioro por similar impulso administrativo (falta de planeación y ejecución). Las catacumbas de la FAI, la edificación conocida como “Carpa de Melkiades” (pobre Melki), los auditorios de Ingenierías, salones de clase, en general, sin ventilación ni iluminación apropiadas, tuberías surtidoras y de cañerías (las colas de almuerzo en bajos de Cafetería Ctrl. se ven espontáneamente refrescadas por inciertas mezclas de los chorritos de estos tubos de antaño, como nubes artificiales, bien puestos, en el cielo-raso, sobre nuestras cabezas)…  ¿Ké vio el certificador? Ke importa: chulito.

6. Por finalizar (este texto, podríamos hacer un vademécum de cuestiones), he dejado al último los baños. Las fotos no hablan por sí solas. Pues estas no evidencian el tiempo ke lleva un sanitario cerrado, o una poceta de meados como sugerente remplazo al restaurante de Ctrl. cerrado: una sopa de hedor. Por no mencionar las petrificaciones en las tazas inodoras de las heces ke, de tanto tiempo, han perdido su pestilencia característica ¿Será eso o ke como necrófago nos habituamos al “aroma”? El reproche nos va como usuarios y les va a administrativos. El certificador, (¿) vio… algo de esto (?): no estuvo tanto tiempo evaluando, o un "par" le prestó la llave de su toilet... Chulito.

      Así pues, a la pregunta sobre el mutualismo le subsidia otra: ¿la certificación es la resulta de un esfuerzo sanitario: lo más sano entre una administración abyecta universitaria y una política gubernamental hipócrita, ke proclaman al unísono, como persignándose o pidiendo papel higiénico: “alta calidad”? Chulito.

Universitariamente,  



Posdata: no desconozco la calidad de nuestra Univalle, pero aplaudirnos por encima de todo por una condecoración de dudosa procedencia, tiene el mismo sentido cofrade de kien condecora: ocultar ciertas realidades.



[1] Una justificación a una fea y ofensiva exposición fotográfica en Universidad del Valle, mayo 2014.
[2] Revisar normatividad: http://www.cna.gov.co/1741/article-186370.html