Si uno no se mete en el Conflicto (social armado y polìtico colombiano), este termina por victimizarte.
Tanta como la separación de las realidades entre la
urbe y la montaña, asì también la distancia entre algunos babositos ke rayan
las paredes (y practican otros rituales protozoos de rancia beligerancia en la
Univalle, creyendo con ello ke van a la guerra y dejan de ser bacteria); y la
guerra ke mayoritariamente campesinos, por la razòn ke fuere, ekivocádamente o
no, libran o padecen en el monte.
Si las opiniones se dividen racional, razonada y
visceralmente respecto a las causas de la confrontaciòn armada en Colombia, a
la hora del análisis del reflejo de esta realidad social en el espejito ke
constituye las universidades pùblicas --las FARC, secreto a tenores, injieren
en estas al mismo ritmo ke la realidad social no se mantiene allende las
fronteras academico-administrativas, ni por mucho ke algunos profes y
estudiantes se empeñen en hacer de los campus burbujitas de cristal, diríase
¡asociales!-- es apenas previsible (difícilmente justificable) ke el debate se
mantenga y hasta exacerbe a disputa con recurrente violencia. Lo cual es
impropio del àmbito universitario, o debería serlo. Debería, digo, no por
preservación de la burbujita, sino por romper los espejismos, también
recurrentes, en los cuales los proto-guerrilleritos-citadinos-univallunos,
alazados en leche Klim, renegados de la mama, alucinan la última gran guerra en
la ke ellos mismos resultan en pretendidos rambitos sudacas (de video-game,
será). Simple parodia sin presencia, en esto radica su injerencia.
Porque presentes no están como organización, lo han
demostrado cientos de veces. Que son capaces de hacer una paradita miliciana
con 20 cabezas de trapo en una absurda y ridícula parada disciplinada, eso no es
pertenecer; eso es simulación que estimula la adrenalina pa decirle a la
muchachita que quieren comerse que son de las FARC. A la calle no salen a hacer
las pintas y es sabido que en la Universidad a una le llevan tintos cuando va a
hacer una pintica. Se envalentonan un ratico de tropel y luego a la birra y la
farra.
No son milicianos y menos guerrilla urbana, ¡que bueno! Menos mal son sólo parodia juvenil que dura lo que dura el acné. Una vez se dan cuenta cómo es la cosa, abandonan la pretensión revolucionaria y se incorporan. La mayoría de las veces esa incorporación es tan sumisa, como sumisa era su adhesión a la pantomima miliciana o guerrillera.
Esta sarna y supurar contra kienes en nombre de la
Revolución ke pretende cambiar al país, no atinan si kiera a lavar el plato en
el ke comen, tratan a sus madres, las misma de las ke rechazaron la teta, como
a una sierva. Contra akellos ke no pueden ni dejar limpio el excusado ke han
usado; sino ke ordenan o esperan a ke un pobre imbècil subordiando lo haga por
ellos. Cambiar el mundo sin ellos mismos asumir sus propios cambios. Falsos,
hipócritas, anti-estado para llegar a ser ellos mismos Estado, contra-autoritarios
con autoritarismo. Bien me dijo una pared: lo más parecido a un
fascismo de derecha es un fascismo de izkierda...
Contra, finalmente, akellos para los ke va este
ultimátum:
Borren el letrero FARC de la
placa conmemorativa de nuestros amados compañerxs asesinadxs con la akiescencia
del Estado.
Bórrenlo de akella placa ubicada diagonal a la
frutería de la ciudadela Univalle-Meléndez, Cali-Col. Tienen hasta las 12:15 pm del 03 23 de octubre del 2013 para hacerlo.
Si no lo borran..., si no lo borran, lo borramos.
pd.
Agradecimiento a una amiga ke me aconseja en esta redacción.
pd.
Agradecimiento a una amiga ke me aconseja en esta redacción.